viernes, 4 de marzo de 2016

La economía de Brasil retrocedió 3,8% en 2015, la peor caída en 25 años

SEGÚN EL INSTITUTO BRASILEÑO DE GEOGRAFÍA Y ESTADÍSTICAS, LA CAÍDA DEL PIB ES LA MÁS PRONUNCIADA DESDE 1990, AÑO EN EL QUE EL ENTONCES PRESIDENTE FERNANDO COLLOR DE MELLO CONFISCÓ AHORROS Y OTRAS RESTRICCIONES FINANCIERAS, Y LA ECONOMÍA SE DESPLOMÓ 4,3%.
La economía de Brasil tuvo en 2015 el peor desempeño en 25 años, con una caída de 3,8 por ciento del PIB, con pérdidas en prácticamente todos los sectores, retrocesos en el consumo doméstico y en la balanza comercial, inflación de más de 10 por ciento, desempleo en aumento, y una crisis política de incierto final.

El derrumbe del Producto Interior Bruto (PIB) superó las expectativas del mercado, que estimaba una caída de 3,71 por ciento, y la inflación de 10,67 por ciento quedó por encima de la meta oficial, según datos difundidos hoy por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), que detalló que todos los sectores de la economía, excepto el agropecuario, sufrieron pérdidas en la actividad.

Los datos anunciados hoy determinan que Brasil va por su segundo año sin crecimiento, ya que en 2014 el PIB tuvo una leve variación positiva de 0,1 por ciento, lo que se considera estabilidad. Pero si se confirmaran los pronósticos del mercado, y el producto retrocediera 3,45 por ciento en 2016, la primer economía latinoamericana sumará dos períodos seguidos en rojo, lo que no ocurre desde 1930.

Los datos del IBGE precisaron que la industria cayó 6,2 por ciento, los servicios retrocedieron 2,7 por ciento, la inversión en bienes de capital se derrumbó 14,1 por ciento, y la excepción fue la actividad agropecuaria, que tuvo un crecimiento marginal de 1,8 por ciento.

La coordinadora de Cuentas Nacionales del IBGE, Rebeca de La Roque, explicó que la expansión del sector agropecuario estuvo impulsado por la soja y el mijo, pero aclaró que ese crecimiento es menor desde 2012. El sector industrial, en tanto, fue arrastrado, principalmente, por el 8 por ciento negativo de la construcción.

En el sector externo, las importaciones de bienes y servicios cerraron con una retracción de 14,3 por ciento, aunque las exportaciones se expandieron 6,1 por ciento y evitaron mayor sangría al PIB.

Según de La Roque, el comportamiento del sector externo marcó una reversión del cuadro con las exportaciones contribuyendo de manera favorable al PIB y las importaciones ayudando a reducir el impacto de las pérdidas.

"Lo que observamos fue una reversión de las condiciones generales de la economía. Hubo una reversión en el desempeño de la demanda de los sectores externo e interno. El externo venía contribuyendo, con el real valorizado, de manera negativa al PIB, pero ahora tuvimos una contribución bastante positiva del sector", precisó.

En tanto, el consumo, que durante un tiempo fue el motor de la economía brasileña, se redujo 4 por ciento tras haber crecido 1,3 en 2014, afectado por la pérdida de confianza, la inflación de 10,67 por ciento, la devaluación del real de 48,3 por ciento, las altas tasas de interés de 14,24 por ciento, los menores créditos y el deterioro de los indicadores del empleo y los ingresos, explicó la funcionaria.

El gobierno de Dilma Rousseff, que hoy pronosticó que la economía se estabilizará en el tercer trimestre de este año y a partir de allí comenzará a crecer, atribuye los signos negativos de los principales indicadores macroeconómicos a la crisis política interna y a la coyuntura internacional.

Por el contrario, el presidente de la Federación de Industrias de San Pablo (Fiesp), Paulo Skaf,

aseguró a través de un comunicado que "el encogimiento de la economía no puede atribuirse al contexto internacional".

La caída del PIB se debe a "los errores cometidos en las decisiones políticas" y a "un gobierno caro, pesado e intervencionista que no toma medidas para controlar sus gastos y que desea aumentar todavía más los impuestos", disparó el influyente empresario.

El gobierno brasileño lidia con cuentas públicas deficitarias, que en 2015 dieron un saldo negativo de unos 28.606 millones de dólares, el peor resultado desde que en 2001 comenzó la actual serie estadística de medición, según reportó la agencia de noticias EFE.

Para tratar de alcanzar un superávit primario equivalente al 0,5 por ciento del PIB, el Ejecutivo lanzó el año pasado un plan de ajuste fiscal que incluye alzas impositivas y la reducción de los gastos del gobierno que, según el IBGE, se contrajeron apenas 1 por ciento en 2015.
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