La relativa estabilidad del rubro alimentos y bebidas, que subió 1,3 por ciento el mes pasado, ayudó a contener la variación del IPC. Electrodomésticos e indumentaria fue lo que más aumentó.
Los mayores aumentos de precios durante el mes pasado se dieron en los rubros de equipamiento y mantenimiento del hogar y recreación y cultura, principalmente por subas observadas en equipos electrónicos y electrodomésticos. En estos casos, tuvo impacto la suba del tipo de cambio y de la brecha cambiaria, en un contexto de demanda movilizada por las necesidades del trabajo en el hogar. En tanto, prendas de vestir y calzado exhibió un incremento de 3,3 por ciento.
Alimentos y bebidas, el capítulo de mayor peso en el índice de precios al consumidor y además el más sensible para el presupuesto de los hogares más pobres, tuvo una suba en julio del 1,3 por ciento a nivel nacional. A nivel productos, se destacó el incremento en carnes y derivados, pan y cereales, café, té y yerba y bebidas no alcohólicas.
Si bien el gasto en prepagas se mantuvo estable porque el gobierno no autoriza subas en las cuotas, los remedios y equipos para la salud experimentaron un incremento del 2,8 por ciento. En tanto, la adquisición de autos se encareció en un 4,4 por ciento, aunque las naftas y el servicio público de transporte siguen congelados.
Fuente: Ámbito
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