El ministro de Hacienda recurrió
al presidente Macri para que la AFIP diera marcha atrás con una medida que ya
estaba generando volatilidad. Mientras Abad está presionado por aumentar la
recaudación, hay diferencias conceptuales en el equipo económico sobre si
corresponde aplicar el impuesto
Nicolás Dujovne no lo dudó: pidió
una comunicación urgente con la Quinta de Olivos para que el Presidente
supiera, de primera mano y sin intermediarios, el serio conflicto que había
armado una resolución de la AFIP que había puesto en marcha un gravamen a la
renta financiera.
El ministro de Hacienda, aun a
sabiendas de la buena llegada de Alberto Abad al jefe de Estado, y del respeto
que Macri le tiene al funcionario recaudador, fue explícito en su diagnóstico:
le dijo directamente que la reglamentación de una ley del año 2013 era un
despropósito que había mellado la confianza de los inversores internacionales.
Nada menos, en momentos en que el Gobierno necesita de los aliados y no
quisiera abrir nuevos flancos en medio de la campaña electoral.
El martes pasado el mediodía, la
cotización del dólar picaba hasta los $17,60 y en la Casa Rosada observaban con
preocupación la tendencia. La orden de Macri fue automática: la AFIP debería
dar marcha atrás de manera urgente. Dujovne fue el encargado de transmitir
públicamente la decisión.
El traspié generó asperezas hacia
la interna. A pocas semanas de las elecciones primarias, los funcionarios
tienen la orden de bajar el perfil al máximo. "Hablan los candidatos y, de
ser necesario, Marcos Peña o Mario Quintana", les dijeron desde
Presidencia.
El conflicto por la
reglamentación de una ley de hace cuatro años, votada durante el gobierno de
Cristina Kirchner, y sobre una cuestión tan sensible rompió aquel acuerdo.
"Ahora nadie quiere hacerse
cargo, y exponen al Presidente a aparecer dando otra vez marcha atrás con una
decisión", se queja un funcionario con acceso al estratégico primer piso
de la Casa de Gobierno.
La decisión de la AFIP de
cobrarles Ganancias -con una alícuota del 13,5%- a los inversores que hayan
comprado y vendido acciones de empresas argentinas, con retroactividad al 2013,
provocó un tembladeral en la City porteña y los ecos llegaron hasta Wall
Street. Hubo derrapes en los precios de los papeles cotizantes y una súbita
alza del tipo de cambio.
La medida, aparecida en el
Boletín Oficial, coincidió con la declaración de Mario Quintana -vicejefe de
Gabinete y uno de los integrantes de la "mesa chica" del Presidente-
a favor de gravar la renta financiera.
"El sistema impositivo
castiga al trabajo y a la inversión productiva y no grava la renta
financiera". "Por lo cual, hay que bajar la carga tributaria integral
y hacer que cada vez pague más gente. En eso estamos trabajando", había
dicho Quintana horas antes de la novedad de la AFIP.
Los inversores sumaron uno más
uno, unieron ambas noticias, y creyeron que el Gobierno les había declarado la
guerra. Impensado en un gobierno de Macri, pero esa fue la percepción del
mercado.
"Abad está presionado por
pegar un salto en la recaudación e inventó esto", se quejaban amargamente
en el Palacio de Hacienda.
Desde el ente recaudador
desmienten cualquier paso en falso: "Su contempláramos a todos los
sectores que piden tiempo, nosotros no recaudaríamos nada. Que se dejen de
embromar; deberían pagar los impuestos", asevera una fuente confiable de
la AFIP, ante la consulta de iProfesional.
"La ley ya tiene cuatro años
pero no teníamos el instrumento para ponerla en práctica. Ese instrumento
apareció con el blanqueo, una especie de VEP internacional, y ahora podemos
cobrar el impuesto que manda la ley", argumenta.
Y agrega: "Nosotros no
teníamos motivos para comentar la reglamentación de una ley que viene desde
hace cuatro años. Era lo que correspondía". La fuente, al pasar, admite
que "nunca tuvimos en cuenta que el mercado necesita de un período de
adaptación para cumplir con la ley. Me parece que ya tuvieron bastante".
La resolución que corrigió el
error oficial dispone una suspensión de la medida por seis meses. ¿Y después?
Cerca de Dujovne señalaron a
iProfesional que durante este tiempo se analizará la manera de englobar esta
cuestión dentro de la reforma impositiva integral que pergeña el oficialismo
para después de las elecciones. "Vamos a hacer todas las consultas pero si
no logramos los acuerdos necesarios, nos tomaremos otros seis meses".
En los próximos días, la AFIP
sacará un nuevo formulario para que las empresas e inversores que hayan
previsionado el monto del impuesto marcado por la ley puedan descargarlo allí y
sus balances no tengan agujeros negros. "Es una especie de parche hasta
que tengamos la solución definitiva", afirman en Hacienda.
Incluso, el integrante del equipo
económico da una pista sobre las discusiones técnicas que derivaron de la
crisis: "Para nosotros la ley da lugar a una doble imposición. El precio
de las acciones ya tiene asumido el impuesto a las Ganancias de manera implícita
a través de lo que pagan las compañías todos los años. El precio del papel ya
lo tiene en cuenta. No se puede cobrar de nuevo cuando ese papel se vende en el
mercado".
La discusión está abierta. Si
algo quedó en claro esta semana es que ese debate dejará ganadores y
perdedores.
Fuente: iprofesional.com
Resistencia, 22 de julio
de 2017
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