sábado, 1 de abril de 2017

Todas las fichas en los recibos de sueldo de marzo: Gobierno y empresas creen que llega la recuperación del consumo

Los sondeos indican que la mayoría de las compañías otorgará aumentos del 20% en promedio en la próxima liquidación. Expertos anticipan que abril y mayo marcarán un punto de inflexión a nivel demanda, aunque advierten que no habrá un boom. El "consumo changuito", protagonista del repunte
Hay una luz al final del túnel: después de un extenso año en el que todos los indicadores de consumo marcaron una fuerte caída en la mayoría de los rubros -desde electrodomésticos hasta alimentos-, finalmente se empieza a generar una expectativa de cambio de tendencia.


La mira está puesta en lo que suceda a partir de abril y que tendrá continuidad en mayo. El foco está puesto en el impacto positivo que tendrán, ya desde la semana que viene, las mejoras salariales, de la mano de aumentos que, en general, promediarán el 20%. 


De hecho, los economistas destacan que ya a partir de enero las remuneraciones, si bien de manera muy tímida, habían empezado a evolucionar por encima de la inflación. Se trató de un movimiento que luego se vio neutralizado pero que ahora promete repetirse, incluso de manera más marcada.

"En términso reales, los salarios cayeron hasta septiembre, luego se estabilizaron. Pese a que volvieron a contraerse en este primer trimestre, tendrán una recomposición a partir de abril", detalla el economista jefe de FIEL Juan Luis Bour, en diálogo con iProfesional.
El experto no duda al afirmar que "el segundo y tercer trimestre del año serán mejores para los consumidores".

Lo cierto es que, por primera vez desde que asumió, el Gobierno se ilusiona con poder mostrar un registro positivo sobre el consumo y lograr, por fin, una mejora en el humor social. Eso mismo que hasta ahora los "brotes verdes" no consiguieron. Se trata de una variable clave, especialmente en la previa electoral.

Sin caer en la euforia ni mucho menos, crece el consenso entre las principales consultoras que testean a diario el mercado argentino de que el inicio de la recuperación es más que factible.

Incluso, coinciden en que los síntomas se verán en cuestión de semanas.

El "motor" será la incipiente recuperación del poder de compra de los salarios, que el año pasado habían visto severamente castigados por el shock inflacionario post devaluación.

A este cuadro se suma el hecho de que las subas tarifarias serán algo más moderadas de lo que en un momento se había previsto desde el Gobierno.

La tercera pata de este repunte correría por cuenta del crédito, dado que el objetivo oficial es reparar el daño que el régimen "Precios Transparentes" provocó al sistema de pago en cuotas.

El liderazgo del changuito
El consenso entre las consultoras que realizan encuestas salariales detectó que la mayoría de las empresas otorgará aumentos de sueldos que promediarán el 20% en la próxima liquidación.

Además, a este incremento que recibirán empleados fuera de los convenios sindicales se le sumará un adicional que se aplicará en los próximos meses, tal como adelantó iProfesional (ver nota: Llega el "alivio" salarial: la mayoría de las empresas dará un aumento promedio del 20% en la próxima liquidación).

¿Qué tan fuerte será la recuperación? Por lo pronto, nadie aguarda un boom, como sí había ocurrido en otras ocasiones post crisis.

Esta vez -a diferencia de 2002, por ejemplo-, el repunte será muy paulatino, con un poder adquisitivo que podría ganarle por apenas algunos puntos a la inflación.

Claro está que incidirá el modelo de paritaria que finalmente se termine imponiendo. Es decir, si se generaliza la pauta del 17%, como pretenden el Banco Central y Hacienda, o si "triunfa" una por encima del 20%, como sugieren las encuestas de las consultoras.

Al analizar los rubros que se verán traccionados con mayor rapidez, los especialistas coinciden en que la recuperación vendrá principalmente por el lado de lo que denominan como el "consumo changuito": es decir, todo lo que sea demanda de lácteos, carnes, gaseosas y algunos productos congelados.

"No tengo dudas de que lo primero que repuntará serán los alimentos. Habrá un retorno al umbral que se tenía antes de la crisis", señala Guillermo Oliveto, titular de la Consultora W, en diálogo con iProfesional.

El experto, además, afirma que "habrá un regreso de mucha gente a las primeras marcas, que habían sido dejadas de lado".

Esta proyección significará un cambio de tendencia para el consumo, que ha sido de las variables más rezagadas. A pesar de que la estadística muestra un crecimiento del PBI desde hace dos trimestres, en las góndolas sigue el "frío".

De acuerdo con los datos de la Consultora W, el nivel de demanda está concluyendo el primer trimestre del año con una caída de entre tres y cuatro puntos.

El dato va en la misma línea con lo observado por Kantar WorldPanel.

"Estos tres primeros meses se constituyeron en una continuación de 2016, con un consumo que sigue para abajo", describe Juan Manuel Primbas, director de la consultora.

Ahora, las expectativas están puestas en el segundo trimestre: "Habrá una confluencia de factores favorables: desde ya, el cierre de las paritarias, como así también el hecho de que la inflación viene desacelerándose", agrega Primbas.

¿Lo peor ya pasó?
Un punto importante a la hora de la trazar proyecciones sobre el consumo es observar qué se espera a nivel tarifas.

A diferencia de lo sucedido el año pasado, en este 2017 los servicios públicos aumentarán pero -se espera- golpearán menos a los bolsillos.

Primero, porque los porcentajes serán sensiblemente inferiores, como también por el hecho de que esos ajustes se dividirán en varias etapas (electricidad y gas), mientras que el incremento en el transporte ha sido aplazado sin fecha.

En su último reporte, Miguel Bein le puso un número estimado al impacto que tendrán los aumentos de los servicios. De acuerdo con el ex asesor de Daniel Scioli, sobre un ingreso familiar promedio de $25.880 (según el Indec y proyectando las mejoras salariales por las próximas paritarias), las tarifas se llevarán casi $1.100.

Este impacto es inferior a los $1.558 que se alcanzaron con el anterior ajuste, según los cálculos de Bein.

En este contexto, el experto incluso agrega que, en términos reales, el impacto es menor, ya que $1.000 no valen lo mismo que hace una ño.

La otra buena noticia para el consumo, según el análisis de los economistas, es que el temor al desempleo -uno de los factores más importantes a la hora de frenar la decisión de compra- está dejando atrás su momento más crítico.

Así lo destaca Bour, de FIEL, quien celebra los últimos datos oficiales sobre el nivel de empleo, que marcan una recomposición del mercado laboral.

Consultado al respecto, el analista destaca que "todavía hay suspensiones, como por ejemplo en el sector automotor, por la crisis en Brasil. También está mal la situación con los textiles y en algunas empresas alimentarias. Pero el resto ya se equilibró. De hecho, ya se frenaron los despidos".

"A veces, se produce mucho ruido por los problemas en empresas emblemáticas, como es el caso de SanCor. Pero, aun admitiendo un escenario laboral difícil, no veo que sea decisivo para nublar el repunte del consumo", agrega el experto.

Respecto de cómo supone que será la mejora, Bour ratifica que "de ninguna veremos un boom".

"El mayor gasto de los consumidores irá a cubrir necesidades básicas insatisfechas durante la crisis. Veremos más compras de lácteos, carnes, gaseosas, leche fluida y hasta de cigarrillos", sostiene.

"La recuperación recién se va a notar en el tercer trimestre, cuando haya más confianza en el sostenimiento del empleo y cuando se evidencie el mayor poder adquisitivo, por la desaceleración de la inflación. Acá la pregunta del millón es si este escenario positivo será bien palpable para la gente el día de las elecciones", agrega.

Desde la consultora Scentia, su director, Osvaldo del Río, traza un diagnóstico similar: después de un primer trimestre negativo, con caídas de hasta 6,6% en febrero, "abril será un quiebre", anticipa.

"La suba será paulatina pero eso no me preocupa: lo que se gana no se pierde. Y menos cuando lo que más veremos subir serán las ventas de productos de consumo básico", completa.

Después de un 2016 con un retroceso de las ventas minoristas del 4,5%, Scentia prevé una variación que podría ir del -1% al +1%.

"Lo que está claro es que se dará, en breve, un cambio de tendencia significativo. Eso es lo relevante", aclara.

Primbas, desde Kantar WorldPanel, afirma que "entre los rubros que esperamos que levante, además de alimentos y bebidas, figura el de aseo personal".

"Acá no se nota que haya consumo postergado de electrodomésticos o electrónicos, como otras veces, porque ahora hay stock todavía, sino que se trata de gente que volverá a comprar lo que el shock inflacionario les impidió", cuenta el experto.

El experto agrega un condicionante: "Si el Gobierno ratifica una política fiscal expansiva, con más obras públicas, notaremos el repunte. El avance en la construcción suele llegar a los sectores más postergados, los que más sufrieron la recesión y la pérdida de poder adquisitivo".

¿Se podrá decir que los brotes verdes llegarán, por fin, al consumo? Para Oliveto, la respuesta es afirmativa, gracias a una mejora del poder adquisitivo de entre 3 y 4 puntos.

Sin embargo, recalca que "la tendencia será paulatina. Para este año prevemos una recuperación de las ventas de tan sólo 2%, tras una merma de hasta 4% en este trimestre".

El economista Federico Muñoz aporta un dato interesante: en su último reporte, detalló que "durante la era kirchnerista, la demanda no cesó de ganar participación en el ingreso nacional. El ratio consumo (privado + público)/PBI pasó de un mínimo de 74,7% en 2005 al 85,6% en 2015".

Con estos números a la vista queda más que claro la importancia que tendrá la evolución de las ventas minoristas en las próximas elecciones.

De ahí que el Gobierno no haya demorado en dar marcha atrás con el plan "Precios Transparentes", que desplomaron las operaciones financiadas en los comercios en los últimos 60 días.

Sin embargo, en este punto no hay un consenso completo. Oliveto es de los que considera que la recuperación no será tan determinante como para tener un impacto decisivo en los comicios.

"No se tratará de un repunte del consumo a lo `kirchnerista`. Sí habrá un escenario más positivo, con mayor confianza mirando hacia adelante. Pero los asalariados también verán que la situación no será tanto mejor que en 2015", agrega.

Más allá de estas disidencias, lo cierto es que la Casa Rosada está jugada a que el calorcito de la mejora económica se sienta en los bolsillos, cuanto antes.

En el Ministerio de Hacienda reconocen off the record que si ese escenario no se ve plasmado en la realidad, entonces la pulseada electoral se volverá mucho más dura.
Fuente: iprofesional.com

Resistencia, 1 de abril de 2017

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