Las cámaras empresarias alertan que las empresas se están
"achicando" para mantener los negocios en marcha, pero que necesitan
apoyo del Estado para mantener los empleos y, en última instancia, evitar los
cierres. Las importaciones son señaladas como una de las causas de la crisis
Las pequeñas y medianas empresas tienen sus
cuentas muy comprometidas y la mayoría de ellas oscila entre
la pérdida y la rentabilidad nula, según un relevamiento
publicado por la Federación de Comercio e Industria de la Ciudad de Buenos
Aires (FECOBA).
En abril, el 18,1% de las Pymes de la Ciudad tuvo
rentabilidad negativa y otro 34,2% rentabilidad nula. Sólo el 47% finalizó el
mes con ganancias.
En algunos sectores la situación es todavía más compleja.
Los peores indicadores se dan en calzado, indumentaria, blanquería y
marroquinería, donde la actividad no repunta y el 40,9% trabajó a pérdida en
abril. Otro 29,6% lo hizo con rentabilidad nula y sólo 31,8% obtuvo ganancias.
La situación también es comprometida para el sector de
minerales no metálicos, donde el 28,6% trabajó a pérdida en abril, el 42,9% en
equilibrio y sólo 28,6% con rentabilidad positiva.
La mejor performance se está dando en material de transporte.
Después de varios años en problemas y con caídas acentuadas en la actividad,
comenzó a repuntar en 2017 impulsada por los coletazos del agro pampeano. En
abril, ninguna empresa de ese rubro relevada trabajó a pérdida, el 54,5% lo
hizo en equilibrio y el 45,5% con ganancias.
“La situación general de las Pymes todavía no es buena. Hay
muchas empresas que siguen con la actividad en baja, achicando su negocio y
reduciendo costos para eliminar las pérdidas y poder continuar” advierten desde
FECOBA.
Además, afirman que todas las empresas están “a la espera de
una mejor coyuntura, que está llegando para algunos, pero para para otros no”.
Otro sector en problemas es el de maderas, muebles, papel,
cartón y edición. En abril, el 23,8% de las empresas de esos rubros trabajó a
pérdida, el 19% en equilibrio y 57,1% con rentabilidad positiva.
En alimentos y bebidas, en cambio, sólo el 11,1% trabajó a
pérdida, el 29,6% en equilibrio y 55,6% finalizó con ganancias.
En vistas de la situación, desde FECOBA opinan que la
posibilidad de una mejora está en manos del Gobierno nacional. En un comunicado
oficial la agrupación de Pymes porteñas hace un llamamiento: “Argentina
necesita urgente medidas para reactivar toda la economía. Es cierto que el
mundo no ayuda, por eso se necesita ampliar el mercado interno”.
El panorama de la Provincia
Las Pymes bonaerenses también están en crisis. Sólo en el
Área Metropolitana se perdieron más de 150.000 puestos de trabajo y se cerraron
casi 7.000 de estas empresas, producto del combo que conforman la caída del
consumo, la apertura de las importaciones y el aumento en las tarifas.
Según un relevamiento llevado a cabo por el Instituto de
Estudios de Consumo Masivo (INDECOM) junto al INDEC y sus cámaras asociadas,
publicado a mediados de abril, los despidos ascendieron a 151.433 en los
primeros meses del año, mientras que en ese lapso ya cerraron o frenaron sus
actividades unas 6.800 pequeñas y medianas empresas de diferentes rubros.
"Existe una caída del consumo en el orden del 25% en
textil, calzado, metalúrgica, marroquinería y muebles. A eso le agregamos una
suba en las importaciones en un promedio del 30%, con picos de hasta 50% en
algunos sectores", explicó Ariel Aguilar, presidente de la Cámara
Industrial de las Manufacturas del Cuero y Afines (CIMA) e integrante de la
Confederación General Empresaria (CGERA).
Al respecto, Aguilar añadió que "esos números no son
discutibles, son sumas y restas. La crisis se sintió en todos los sectores,
pero un poco menos en agroindustria y en servicios y muchísimo más en mano de
obra intensiva".
Por su parte, Julián Moreno, presidente de la Delegación
Buenos Aires de la Asamblea de Pequeños y Medianos Empresario (APYME),
coincidió en el diagnóstico. Graficó que "las empresas que requieren de
mucha energía, están realmente muy mal por el aumento de tarifas. Las que
compiten contra la apertura de importaciones de manera desleal están muy mal y
las que dependen del mercado interno también".
"En el sector quedan muy pocos esperanzados. La
situación está llegando a un punto crítico y las empresas sólo están intentando
sobrevivir, nadie piensa en invertir o crecer", manifestó el empresario.
En cuanto al capital humano, Aguilar explicó que el sector
"hace un gran esfuerzo por sostener la fuente de trabajo porque costó
mucho formar el capital humano después de los años 90".
"Eso, sumado a que tenés una relación directa, te lleva
a no despedir. Cuando una Pyme llega a eso, empieza achicarse y si no se
reactiva va directamente al cierre", subrayó el titular de CIMA.
Aguilar consideró además que "esto se soluciona si el
Gobierno entiende que, más allá de candidatos o de partidos políticos, hay que
defender la producción para trabajadores y para lo que recauda nuestro país,
fortaleciendo nuestro mercado interno".
Importaciones en la mira
El rubro de los cueros es uno de los que tiene peor
desempeño según el relevamiento porteño de FECOBA, y en coincidencia con esto
CIMA volvió a expresar esta semana su "preocupación" por el aumento
de las importaciones en el sector, que crecieron 42% entre enero y mayo últimos
respecto a igual período de 2016.
La entidad detalló que las empresas importadoras de
marroquinería crecieron de 406 en 2015 a 507 en 2016, hasta 695 en lo que va de
este año.
También explicó que en el periodo enero-mayo de 2017
ingresaron 2.018.076 productos de marroquinería, lo que significó un aumento
interanual del orden del 41,98% en unidades.
El presidente de CIMA, Ariel Aguilar, advirtió que "el
sector de las manufacturas del cuero y afines es uno de los más afectados por
la crisis. Según datos del sindicato ya han cerrado en quince meses de 50
fábricas y se han perdido más de mil puestos de trabajo".
"Si comparamos los primeros cinco meses del 2016 con
los primeros cinco del 2017, el promedio en la caída de la producción del
sector está en el orden del 25 y 30% y la caída de venta en los locales
comerciales que venden los productos de marroquinería está en el orden del 30 y
el 35%", agregó.
"Necesitamos que el Estado le dé una mano al sector
para mantener los puestos de trabajo", concluyó.
Fuente: iprofesional.com
Resistencia, 10 de junio de 2017
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